Cómo, Quienes Violaron y Mataron a Joven de Laredo

Madre de adolescente secuestrada, ultrajada y asesinada en Laredo pide pena de muerte para asesinos

Para la Policía, fueron dos, y no uno, los hombres que secuestraron, ultrajaron y asesinaron a la menor S. V. M. (15), el último sábado en Laredo. Las huellas encontradas por los agentes en la escena del crimen hablan, en efecto, de la presencia de dos individuos. Se trata, en resumidas cuentas, del tenebroso rastro de sangre dejado en las paredes de la construcción donde fue hallado el cadáver.

Los muros del lugar (un coliseo que aún no ha sido terminado) son de unos tres metros de alto y colindan con un terreno baldío (propiedad del colegio Antenor Orrego). Si alguien quisiera cargar el cuerpo de una persona hasta esa altura, para lanzarlo después al corralón, necesitaría de ayuda. Y las huellas demuestran que así ocurrió precisamente: alguien trató de abandonar el cuerpo de la menor en ese lugar deshabitado, pensando que quizá allí nadie iba a encontrarlo, pero falló en su intento, a pesar de haber recibido la ayuda de otro individuo.

En una de las paredes, el rastro de sangre llega a lo alto. Es una huella de arrastre que empieza en el piso y se prolonga en forma vertical a lo largo del concreto. Para los agentes que investigan el caso, la huella se formó del siguiente modo: uno de los homicidas trepó el muro, su misión era jalar desde allí el cuerpo; el otro se quedó abajo, la misión de este era empujar. Se trató de un trabajo en equipo que se vio frustrado de pronto cuando a uno de ellos le venció el peso, al parecer por los efectos de la droga y el alcohol que había ingerido.

Al no poder deshacerse del cadáver, resolvieron bajarlo y tenderlo en el piso, con los brazos manos y las piernas extendidas.

Después lanzaron la ropa hacia el terreno, pero solo el pantalón llegó a caer en ese lugar; la blusa y las prendas íntimas quedaron enganchadas en un tubo de construcción.

A estos indicios se suma el hallazgo de los dos preservativos encontrados también en la escena; ambos mostraban signos de haber sido usados recientemente.

Ahora bien, se sabe que fueron dos los asesinos, pero no se sabe aún quiénes. Sobre la identidad del individuo que planeó el asesinato, se tiene tres hipótesis. La primera punta al exenamorado de la menor, un muchacho conocido como Micky en Laredo. Es otro menor de edad que tuvo una relación con la víctima, pero que se negó a dejarla libre del todo cuando esta decidió cortar por lo sano hace dos meses.

“Él era muy celoso, siempre le hacía problemas y le insistía para que regresen, además la llamaba constantemente a su celular para molestarla, pero ella ya no quería nada con él”, contó Carla, una amiga de la fallecida.

La otra hipótesis apunta a un hombre adicto a las drogas que acostumbraba a pernoctar en el coliseo. La madrugada del asesinato, un pariente de este individuo fue al lugar para dejarle comida, pero no lo encontró, había desaparecido, y en su lugar encontró el cadáver de la adolescente. ¿Acaso este drogadicto es cómplice del crimen, o simplemente huyó por miedo a represalias?

Por último, la tercera hipótesis, quizá la de mayor fuerza, sostiene que el homicida es un mototaxista de la zona, alguien a quien la gente conoce con el alias de ‘Cachaco’. La noche de su desaparición, la escolar fue vista en una mototaxi, al parecer la del sujeto en cuestión. Entonces, ¿quién la mató? Las investigaciones apenas empiezan, pero los agentes confían en resolver el caso en las próximas horas.

SE DEFENDIÓ

De otro lado, las uñas de la menor mostraron cómo se defendió de los asesinos. En ellas, los peritos encontraron rastros de sangre y varios cabellos. De esto se deduce que luchó con los criminales hasta el final. Les clavó las uñas con fuerza y se prendió de los pelos de quienes intentaban violarla. Pero perdió la batalla. No pudo con la fuerza de los dos cobardes que se le fueron encima a golpes.

Al final la mataron a ladrillazos, pero antes le taparon la boca con pan para que nadie escuche sus gritos. Fue final atroz para la niña, por eso ahora su madre, Marta Valderrama Marquina, no duda en pedir la pena de muerte para esos hombres.

“Se merecen morir, no tienen perdón por lo que han hecho… me han quitado a mi hijita”, expresó.

A sus 50 años, Valderrama Marquina llora la muerte de su única hija. Según dijo, la menor salió de casa como a las 8:30 p.m. del viernes.

“A esa hora venían sus primas a verla y salían juntas a pasear, pero esa noche salió sola, porque ellas no llegaron. Después, como a las 11, empecé a preocuparme ante su ausencia. Salí a buscarla, la busqué toda la noche, pero no la encontré. Recién al día siguiente (sábado) me enteré por el periódico que la habían matado”, relató.

Para cuando Marta Valderrama se enteró de lo ocurrido, el cuerpo de la adolescente ya estaba en la morgue, a la espera de que algún pariente lo reclame. Horas más tarde, ya en la casa del duelo, sus parientes y amigos de colegio (el Mariano Melgar) pidieron la inmediata captura del asesino (o asesinos). “Es un crimen que no debe quedar impune. Ella tenía toda una vida por delante, no es justo que hayan truncado su futuro de esa manera”, expresaron. El sepelio será esta tarde en el cementerio San Idelfonso de Laredo. (AC). Fuente SATELITE