Atacan a balazos casa de comerciante en La Esperanza

La dueña de una modesta bodega de La Esperanza se convirtió anoche en la nueva víctima de las bandas que operan con la modalidad de la extorsión, es decir, amenazando de muerte a sus víctimas para conseguir que paguen un cupo mensual, y atentando contra ellas para lograr su objetivo.

Se trata de Concepción Valera Burgos, de 37 años. Ella, en efecto, ha sumado su nombre a la larga lista de personas que ahora temen perder la vida a manos de estas peligrosas organizaciones criminales. Resulta que unos delincuentes metieron ayer dos balazos a la puerta de su vivienda y dejaron, además, una carta en la que le exigen el pago inmediato de 5 mil soles.

En caso de negarse a pagar el monto en las próximas horas, asesinarán sin compasión a sus niñas y a su esposo. El atentado contra la casa de esta mujer ocurrió alrededor de las 9.30 p.m., en la manzana 10, lote 1 del sector Ramiro Prialé (a espaldas del camal San Luis).

Según relató la agraviada, ella se encontraba a esa hora a unas cinco puertas de su domicilio, reunida con unas amigas, cuando de pronto, por una de las esquinas, aparecieron dos sujetos extraños.

Los individuos en cuestión se acercaron a la casa de Valera y dispararon dos veces hacia la puerta.Tras hacer los disparos, dejaron la carta; la metieron por debajo, metida en un sobre. En ella, le piden los 5 mil soles. La entrega –según se lee en el papel- debe coordinarla llamando a los teléfonos 94 8058781 y 94 3060465.

“Quieren que les dé el dinero cuanto antes; pero yo no tengo plata. No sé de dónde quieren que saque toda esa cantidad”, expresó Valera, sumamente mortificada y agobiada. Asimismo, comentó que su negocio con las justas da para sus gastos diarios en el hogar, por lo que no cuenta con el dinero que tanto quieren los maleantes. “Es cierto, tengo mi negocio, pero es pequeño, es una bodeguita… y solo da para comer. Acá no vivimos con lujos ni nada por el estilo”, añadió.

Dijo además que la llegada de esa carta, además del atentado, ha causado que sus niñas ya no quieran salir de casa por temor a convertirse en víctimas de algún facineroso que les dispare.“Están traumatizadas con lo que ha ocurrido… lloran por miedo… y yo no sé cómo solucionar esto”.

Minutos después de los disparos, Valera acudió a la sede de la Depincri Norte para denunciar el caso. Trascendió que en esa dependencia policial ya se tiene una hipótesis sobre quiénes estarían detrás de este nuevo caso de extorsión. En todo caso, los números consignados en la carta serán sometidos a las investigaciones correspondientes para determinar quiénes son los propietarios.

Ahora Valera espera únicamente que le devuelvan la tranquilidad que le han arrebatado. “No sé qué hacer… tendrán que venir a matarme esos hombres, porque yo no tengo de dónde sacar la plata para pagarles”, puntualizó. (Satélite)