Policía dispara a menor de 16 años dentro de su casa en Virú

MADRUGADA VIOLENTA

Francisco Morales Carranza asegura que ha vuelto a nacer. A sus 16 años, este muchacho, alumno del tercero de media en el Colegio Mixto de Virú, ha sido víctima de un presunto abuso por parte de ocho policías que irrumpieron en su domicilio ayer en la madrugada. Según dice, los uniformados, rifles en mano, lo acusaban de un delito que él no había cometido: el asalto a un grifo. Desde su cama en el Belén, donde se encuentra internado, el adolescente contó la amarga experiencia que le tocó vivir, y unido en una sola voz con sus padres, pidió una inmediata sanción para los suboficiales que casi lo matan.

Foto: A. Barriga.

–Francisco, ¿qué estabas haciendo cuándo los suboficiales entraron en tu casa?

–Celebrábamos el cumpleaños de mi enamorada. Había cumplido 15 años y nos reunimos para conversar y escuchar música en mi cuarto.



–¿Estaban solo los dos?

–No, éramos cinco en total: dos amigos más y una amiga.



–¿Y qué sucedió?

–A eso de las 2:30 a.m., los policías irrumpieron en mi cuarto, aunque primero tuvieron que forzar la puerta que da a la calle. Es un portón en realidad, y mi habitación está al fondo de la casa. No sé por qué lo hicieron si no tenían orden alguna.



–¿Qué te dijeron al principio?

–Nada, de frente entraron y dispararon. Ni siquiera dijeron “arriba las manos”, solo dispararon. Yo conté como ocho disparos.



–¿Lo hacían al techo?

–No, me dispararon a mí, que si no me agacho, me matan.



–¿Qué hiciste en ese momento?

–Empujé a mi enamorada para que no le caiga ninguna bala. Y, como le digo, yo tuve que agacharme... si no lo hacía, ese disparo me caía en la cabeza.



–Pero te cayó en la pierna

–Sí, en la izquierda.



–¿En algún momento te dijeron por qué hacían eso?

–Dicen que había habido un asalto y que yo lo había cometido, pero eso es falso, yo estaba en mi casa desde temprano, con mi enamorada y mis amigos.



–¿Qué pensaste cuando recibiste el disparo?

–Obviamente estaba asustado. Empecé a sangrar mucho, todo mi pantalón se manchó. Luego, sin importarles que estaba herido, me obligaron con patadas a pararme y jaloneándome me sacaron a la calle y me subieron al patrullero.

–¿A dónde te llevaron?

–A la posta, y en el camino, escuchaba que entre ellos se decían “era que lo mates, nadie se iba a dar cuenta”. Lo que querían era matarme.



–¿Tu madre dónde estaba en ese momento?

–En mi casa; ella corrió a mi cuarto al escuchar la bulla, pero no la dejaron entrar. Le decían que no se meta, que nada tenía que hacer ahí.



–Ahora dices que has vuelto a nacer.

–He vivido una pesadilla... nunca antes he tenido problemas con la policía. Yo solo pido que los sancionen, porque entraron y dispararon sin piedad, sin compasión.



–¿Sabes quién te disparó?

–Un tal Luján.



MADRE INDIGNADA

Por su parte, Rosa Carranza Kimura, madre del menor, comentó que el agente que le disparó a su muchacho es un pariente lejano suyo, y al saber él de esto, le dijo: “Qué, ¿es tu hijo? No lo sabía, disculpa”.



–Señora Carranza, ¿usted dónde se encontraba cuando sucedió este presunto atropello?

–En mi habitación. Escuché la bulla de los disparos y salí a mirar por la ventana y me sorprendió ver que de mi casa salía un policía con su fusil en la mano.



–¿Qué había pasado?

–Que habían entrado en mi casa por la fuerza, sin tener una orden siquiera. Entonces corrí a la cocina y desde ahí escuché que a mi hijo lo estaban golpeando en su cuarto. Traté de entrar en la habitación, pero no me dejaron. Solo alcancé a ver desde la puerta que estaba herido, sangraba mucho y me pedía ayuda. Y encima, un policía lo tenía aprisionado contra el piso. Había puesto su bota sobre el cuello de mi muchacho... Eso es inhumano, él (Francisco) estaba baleado.

–¿Y los otros escolares?

–A todos los habían tirado al piso, incluso a las chicas. Son niñas, pero les gritaban lisuras, y luego las sacaron esposadas, como si se tratase de delincuentes.

–¿Usted alcanzó a identificar a los policías?

–A dos, se apellidan Peñarán y Luján. Este último fue quien le disparó a mi hijo y es pariente mío. Cuando le pregunté por qué hacía todo eso, me dijo que había habido un robo y estaban buscando a un tal ‘Terruco’. Ellos pensaron que a mi hijo le decían así, pero se equivocaron. Hasta donde sé, ese tal ‘Terruco’ vive cerca de nuestra casa, en el sector California, en Virú, pero no sé más. No tenemos ninguna clase de vinculo con él.

–Su hijo está en el colegio...

–En el Mixto de Virú. Él no es ningún delincuente. Satelite