Muerte de Mujer con Disparo en la Cara es un Misterio

Joven madre asesinada de un balazo en la cara, no tenía propiedades y vivía en una casa alquilada.

Sofía Mercedes Segura Alayo no tenía casa propia ni tampoco propiedades. A sus 25 años, sólo era madre de una inquieta niña de dos años por la que decidió trabajar en una empresa agroindustrial hace menos de dos meses. En resumen, era una mujer pobre que sólo quería ayudar a su esposo, un regador de terrenos agrícolas.

La mañana del lunes, Sofía creyó iba a ser un día cualquiera de trabajo en el campo, pero se equivocó. Cuando empezaban a asomar los primeros rayos de sol, alguien llamó a la puerta de su vivienda alquilada de paredes de adobe y techo de quincha, y le disparó en la cara antes que pudiera asomarse a la calle.

“¡Fueron los extorsionadores!”, gritaron algunos vecinos enterados del crimen. Sin embargo, ¿cómo pueden los extorsionadores exigirle dinero a quien no lo tiene? La Policía coincidió en que por la forma de su muerte se trató de una venganza. Pero de quién. Los investigadores no descartan un crimen pasional.

La avenida 28 de Julio es una de las más conocidas del distrito de Chao, en la provincia de Virú. A ambos lados de la calle tiene negocios, vistosas casas de dos y tres pisos, algunas incluso con lunas polarizadas. No es una vía muy larga y termina donde empiezan unos sembríos de maíz.

Escasos metros antes del final, exactamente en la Mz. 9 Lt. A está la casa deslucida donde vivía Sofía Mercedes Segura desde hace menos de dos meses, donde la asesinaron y donde velan sus restos que serán sepultados hoy por la tarde.

Allí, congregados en la calle, sentados en el pasadizo de tierra o rodeando el féretro, no sólo están los amigos y vecinos de la víctima, sino también algunas de las cinco familias que alquilan el inmueble.

En uno de los ambientes, escuchando el llanto desconsolado de los parientes de su esposa, cabizbajo, y con la mirada perdida permanece Darío Santos Núñez Bello (34).

“Todo ocurrió muy rápido, apenas nos había despertado”, alcanza a decir tratando de recordar los escalofriantes momentos que vivió cuando el reloj apenas marcaba las 5 a.m. del lunes.

A QUEMARROPA

Para ese lunes Darío había hecho un sinnúmero de planes; se trataba de su último día de vacaciones antes de reincorporarse a su trabajo como regador en la empresa agroindustrial Camposol.

“A esa hora, mi esposa (Sofía Mercedes) se despertó y prendió el televisor para ver las noticias. Así estuvimos por largo rato. Yo permanecía acostado en mi casa y ella al borde del catre”.

Los esposos apenas intercambiaron algunas palabras y el reloj marcó las 5:20 p.m. A esta hora llamaron a la puerta de su vivienda alquilada y Sofía se levantó rauda. “Es mi tía”, dijo creyendo que se trataba de su familiar que vive en la vivienda vecina. Vistiendo aún su pijama salió de la habitación.

Darío seguía echado cuando el estruendo de un disparo lo hizo saltar de susto en la cama. Con el corazón latiendo a mil corrió hacia la puerta y al querer tomar el pasadizo tuvo que frenar pues su esposa Sofía, yacía tendida boca arriba con un hilo de sangre recorriendo su rostro. La puerta estaba cerrada: el criminal le había disparado antes que ella abriera.

“Salí corriendo a la calle, pero no vi a nadie”. Darío intentó levantar a la madre de su hija y al hacerlo descubrió que su nuca también sangraba. La llamó varias veces por su nombre para que reaccione. Sofía ya estaba muerta.

Hoy los restos de esta joven madre de 25 años, natural de Huamachuco, serán sepultados en el cementerio de Chao. Después del último adiós, la Policía iniciará las investigaciones de este crimen que tiene todos las características de una venganza y, a decir de los investigadores, una ligera apariencia de crimen pasional. Fuente Satelite