José Jerí: “Nos estamos comiendo el pleito de la inseguridad” y promete un antes y un después en el país

El presidente interino de Perú, José Jerí, aseguró que su Gobierno de transición “se está comiendo el pleito” de los grandes problemas nacionales, especialmente la inseguridad ciudadana, y prometió marcar “un antes y un después” en la gestión pública, con un estilo de gobierno más cercano, empático y comprometido con las regiones.

El mandatario interino, que asumió la presidencia hace tres semanas tras la destitución de Dina Boluarte, destacó este jueves durante un encuentro con pequeñas productoras agropecuarias en el Palacio de Gobierno que su administración ha decidido enfrentar de manera directa los principales desafíos del país.

“Este Gobierno ha decidido comerse el pleito de varios problemas nacionales, partiendo de la seguridad ciudadana. Nos estamos comiendo el pleito literalmente. Ahí surgen voces críticas, pero que —tal vez— en su momento no quisieron comerse el pleito”, afirmó Jerí ante las asistentes al acto.

Jerí subrayó que, pese a ser un gobierno corto y de transición, su gestión busca dejar huella y elevar los estándares para las futuras administraciones.

“Este Gobierno corto, de transición, va a hacer la diferencia y tiene que marcar un antes y un después para que el gobierno que venga tenga la valla alta”, puntualizó.

En su discurso, el jefe de Estado criticó el distanciamiento histórico entre las autoridades y las regiones, señalando que el Estado “debe volver a conocer el país”, salir de las burbujas burocráticas y trabajar junto a los ciudadanos para aprovechar las potencialidades locales.

Asimismo, Jerí reiteró que el Palacio de Gobierno está abierto “para lograr un acercamiento sincero” con el pueblo y reconoció el papel fundamental de las mujeres productoras en el desarrollo nacional.

“Las mujeres productoras del sector agropecuario son el ejemplo de lo que el Estado tiene que hacer para repotenciar las regiones”, sostuvo.

Con estas declaraciones, José Jerí busca consolidar su liderazgo en medio de un escenario político y social marcado por la desconfianza y la crisis de seguridad que azota al país, posicionando a su gobierno de transición como uno dispuesto a asumir el costo político de enfrentar los problemas más urgentes del Perú.