Padre de 72 años reconoció a agresores y por eso lo asesinaron.

Los asesinos del anciano Segundo Mendieta Calderón serían sus propios vecinos, un grupo de muchachos de mal vivir a los que reconoció pues serían los mismos que robaron en la vivienda de sus hijas hace pocos meses.
Al verse descubiertos, los criminales no dudaron en silenciarlo para siempre. El arma que emplearon fue una pesada piedra con la que le destaparon el cráneo y le desfiguraron el rostro.
Pero, ¿para qué se metieron estos criminales si en la casa donde perpetraron el crimen no había dinero ni nada de valor? La Policía no descarta que el verdadero objetivo haya sido atacar a las hijas de la víctima que a diario se quedaban allí a solas.

MISTERIOSO ENSAÑAMIENTO
La muerte de Segundo Mendieta Calderón fue extremadamente cruel. Y es precisamente este ensañamiento el que hace pensar a los investigadores en nuevas hipótesis.
Una de las más fuertes es que en realidad los criminales hayan ingresado a la casa de la Mz. B lote 6, del sector Los Libertadores en El Porvenir no para robar, sino con un propósito mucho más espeluznante: Atacar sexualmente a las 2 hijas del trajinado agricultor.
Resulta que desde hace casi 6 años, este pequeño inmueble ubicado en una de las zonas más deprimidas del distrito zapatero, es ocupado por Etelvina y Teresa, de 29 y 25 años. Pero lo que desconocían los criminales era que la noche de Año Nuevo ellas decidieron reunirse con su madre y hermanos a pocas cuadras, en la Mz. Y lote 7.

“Mi padre sufría del estómago, la comida con grasa le hacía mal, además no era de tomar licor. Es por eso que al ver que íbamos a reunirnos para celebrar el Año Nuevo, decidió ir a mi casa para cuidar en la noche porque en agosto ya nos habían robado. Nos pidió quedarnos con mi mamá que había estado un poco mal de salud”, recuerda Teresa sin dejar de llorar.

LO ATACARON SIN PIEDAD
Según la narración de esta joven profesora recién egresada del Instituto Libertad, a las 6:30 p.m. del sábado 31 de diciembre, Segundo Mendieta, su padre, fue visto por última vez.
Lo que ocurrió desde esa hora hasta pasadas las 8 a.m. del 1 de enero, es un total misterio pues además los vecinos aseguran no escucharon ni un solo grito.
La sospecha de los investigadores es que los homicidas llegaron al inmueble y trataron de entrar sigilosamente creyendo encontrar a las dos jóvenes. Pero, el hombre de 72 años que descansaba en una de las dos camas, descubrió sus planes y les hizo frente.
Enfurecidos, los muchachos, que habrían sido tres, lograron reducirlo rápidamente y lo metieron a la fuerza al inmueble. Aquí lo golpearon salvajemente. Lo desnudaron y le destaparon la cabeza con una pesada piedra.
Es más, no dudaron en agredirlo sexualmente como venganza dejándolo muerto con la cabeza recostada en la cama.

SE DEFENDIO DE ASESINOS
“Eran como las 8:30 a.m. y mi papá no llegaba a la casa, es por eso que fui a verlo. Al llegar, la puerta estaba abierta, cuando entré lo encontré muerto. Pedí ayuda a los vecinos, luego llegaron mis hermanos y ellos lo subieron a la cama”, narra Teresa.
A Segundo Mendieta Calderón le habían desfigurado y le rompieron la cabeza con una pesada piedra que fue encontrada sobre la cama.
Cuando examinaron el cuerpo, los peritos de la policía encontraron en sus manos pelos, como si la víctima se hubiera defendido de sus agresores. Tenía moretones en las piernas, en el estómago y arañazos en todo el cuerpo.
Respecto a algunos vendajes en sus muñecas, Teresa descartó que se trate de ataduras. “Mi padre tenía una herida en el brazo, por eso se colocaba esa venda. No estaba atado cuando lo encontré”, sentenció.
Segundo Mendieta Calderón era padre de 7 hijos. Su desconsolada familia sólo aguarda la llegada de uno de ellos, desde Pataz, para darle el último adiós.
“Lo único que nosotros pedimos es que se haga justicia y se capture a los asesinos. Por qué le hicieron esto si él era tan bueno y se llevaba bien con todos. Ayúdennos por favor a encontrar a esos malditos”, clama Rosa Pineda Cruz, su viuda. Fuente Satelite