Ronderos los masacraron y mataron a pedradas en Chao - Virú

LA LEY DE LOS RONDEROS
A pesar de no haber cumplido aún la mayoría de edad, Víctor M. S. R. era un desalmado delincuente que le inyectaba una alta dosis de ferocidad a sus atracos: actuaba sin piedad. Le decían ‘Tierra Muerta’, ingresó temprano al mundo del hampa, cuando aún era un chiquillo, y aunque apuntaba a convertirse en uno de los más temidos cabecillas del crimen organizado en Chao, distrito donde nació, sus violentas incursiones acabaron temprano también, y del peor modo. A sus 17 años, este joven maleante es uno de los tres que el viernes fueron ajusticiados por un enfurecido grupo de ronderos tras el asalto a cuatro camiones de abarrotes en Llacamote, localidad colindante con Santiago de Chuco, y el cobarde ataque a balazos que dejó grave al expolicía Felipe Nery Ruiz Angulo, de 57 años.
En efecto, el menor, cabecilla de la banda que acabó masacrada, tuvo una muerte atroz, cruel. Indignados por los robos que había cometido en la zona, los ronderos fueron tras él y sus compinches para hacer justicia por cuenta propia.
La banda, según se supo, estaba conformada por siete hampones, de los cuales seis fueron atrapados y sometidos a un duro castigo. Solo uno escapó.
Una vez en poder de los comuneros, los ladrones recibieron la golpiza brutal. Por las huellas encontradas en el lugar, la Policía determinó que les lanzaron piedras en el cuerpo y en la cabeza.
ESCALOFRIANTE RESCATE
El caso aún es investigado por el Ministerio Público, sin embargo, se ha adelantado que los tres fallecidos fueron obligados a caminar hasta el borde del precipicio (los rastros de sangre a lo largo del trayecto así lo demuestran). Ahí siguieron golpeándoles la cabeza con las piedras, hasta destrozarles el cráneo.
Después, cuando estaban ya moribundos, los arrojaron al abismo. Los tres cuerpos cayeron unos 50 metros y quedaron a la intemperie, en medio de la agreste vegetación; eran alrededor de las 11:30 a.m. cuando ocurrió tan macabra escena, y según los análisis practicados a los cadáveres, el menor y sus compinches aún estaban vivos para entonces; es más, se cree que agonizaron unas tres horas antes de morir.
Los cuerpos permanecieron ahí hasta el sábado en la tarde, cuando agentes de la PNP especialistas en rescate de alta montaña los sacaron. Los tres tenían enormes huecos en la cabeza, causados por golpes contundentes, pero con quien se ensañaron más fue con Eladio Mamani Quiñones (29), pues durante el atraco a los cuatro camiones, manoseó los genitales de las mujeres. El tercer maleante muerto fue identificado como Sebastián Keiro Rodríguez Vidal, y también era conocido en la zona por sus antecedentes criminales.
De otro lado, los delincuentes que se salvaron de morir fueron Emilio Alayo Castillo (20), David Alayo Arce (19) y Ángel Alayo Layza (26). Este último es quien, según los testigos, le disparó a Felipe Ruiz Angulo. Los tres serán procesados por el delito de robo agravado y lesiones grave en agravio del expolicía. Satelite