Trujillano rescata del olvido a la quina, árbol medicinal del escudo del Perú
Roque Raúl Rodríguez Barrutia es un tecnólogo médico cuyos trabajos en pro de la preservación del Árbol de la Quina son dignos de admirar. El trujillano dedica sus días a rescatar del olvido al ancestral árbol peruano que se luce en el Escudo Nacional del Perú, y que en la actualidad se encuentra en peligro de extinción.
Rodríguez Barrutia, tecnólogo especializado en laboratorio y patología clínica, esperar asegurar su reforestación y plantación en todas las plazas del Perú, pero sobre todo, busca recuperar su valor para el fortalecimiento de nuestra identidad nacional.
El inicio de la investigación
En los noventa, el profesional cumplió la función de jefe de Laboratorio en el hospital de Jaén, una experiencia que le permitió conocer cómo los pacientes afectados por la malaria y el paludismo quienes, preferían tomarse una infusión de quina.
“Observé que, en vez de cumplir la medicación prescrita por el médico, preferían tomar mate de quina que los curanderos recomendaban para bajar las fiebres y combatir esas enfermedades. Se preparaba a base de la corteza del árbol que tiene quinina”, recuerda Rodríguez Barrutia.
Años más tarde, fue invitado por el director del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), Hernán Miranda Cueto, para formar un equipo para realizar una campaña a favor de la preservación del árbol de la quina.
Fue así que regresó a la ciudad cajamarquina, donde empezó a consultar a con curanderos, con el objetivo de encontrar más información sobre el árbol. En Jaén, se puso en contacto con Estanislao Gonzáles “El loco”, conocido por su obsesión por proteger esta ancestral plantación.
Meses después retornó a Trujillo con una ramita que don Estanislao le regaló, y con otras cuatro que le obsequiaron en La Cascarilla. Junto a Miranda Cueto, decidieron sembrarlas en el jardín botánico de Trujillo.
Perseverancia
Después de más de 10 años, Roque persiste en su intento por preservar el árbol de la quina, a pesar de haber sufrido algunos fracasos debido, al parecer, por la presencia de salitre en la tierra trujillana.
Lamentablemente, hasta el día de hoy no se invierte en estudios para determinar las posibilidades de crecimiento que tiene el árbol de la quina en las ciudades, sin perder sus propiedades curativas.
Don Roque considera que urgen estudios pues ha comprobado que tolera el salitre, pero “hay que hacer más pruebas para sembrarlo en todas las plazas del país, y reforestarlo para que no pierda sus propiedades curativas”.
Actualmente, el tecnólogo continúa con experimentos para determinar si el árbol puede germinar en relaves y en tierra abonada con posta de ganados.
El dato.
La quinina se usa para elaborar bebidas energéticas, agua tónica y amargo de angostura que se usa para preparar el Pisco Sour.
Así mismo, su corteza tiene cavidades con las que se puede fabricar lapiceros ecológicos, zampoñas y quenas. (Andina)
Roque Raúl Rodríguez Barrutia es un tecnólogo médico cuyos trabajos en pro de la preservación del Árbol de la Quina son dignos de admirar. El trujillano dedica sus días a rescatar del olvido al ancestral árbol peruano que se luce en el Escudo Nacional del Perú, y que en la actualidad se encuentra en peligro de extinción.
Rodríguez Barrutia, tecnólogo especializado en laboratorio y patología clínica, esperar asegurar su reforestación y plantación en todas las plazas del Perú, pero sobre todo, busca recuperar su valor para el fortalecimiento de nuestra identidad nacional.
El inicio de la investigación
En los noventa, el profesional cumplió la función de jefe de Laboratorio en el hospital de Jaén, una experiencia que le permitió conocer cómo los pacientes afectados por la malaria y el paludismo quienes, preferían tomarse una infusión de quina.
“Observé que, en vez de cumplir la medicación prescrita por el médico, preferían tomar mate de quina que los curanderos recomendaban para bajar las fiebres y combatir esas enfermedades. Se preparaba a base de la corteza del árbol que tiene quinina”, recuerda Rodríguez Barrutia.
Años más tarde, fue invitado por el director del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), Hernán Miranda Cueto, para formar un equipo para realizar una campaña a favor de la preservación del árbol de la quina.
Fue así que regresó a la ciudad cajamarquina, donde empezó a consultar a con curanderos, con el objetivo de encontrar más información sobre el árbol. En Jaén, se puso en contacto con Estanislao Gonzáles “El loco”, conocido por su obsesión por proteger esta ancestral plantación.
Meses después retornó a Trujillo con una ramita que don Estanislao le regaló, y con otras cuatro que le obsequiaron en La Cascarilla. Junto a Miranda Cueto, decidieron sembrarlas en el jardín botánico de Trujillo.
Perseverancia
Después de más de 10 años, Roque persiste en su intento por preservar el árbol de la quina, a pesar de haber sufrido algunos fracasos debido, al parecer, por la presencia de salitre en la tierra trujillana.
Lamentablemente, hasta el día de hoy no se invierte en estudios para determinar las posibilidades de crecimiento que tiene el árbol de la quina en las ciudades, sin perder sus propiedades curativas.
Don Roque considera que urgen estudios pues ha comprobado que tolera el salitre, pero “hay que hacer más pruebas para sembrarlo en todas las plazas del país, y reforestarlo para que no pierda sus propiedades curativas”.
Actualmente, el tecnólogo continúa con experimentos para determinar si el árbol puede germinar en relaves y en tierra abonada con posta de ganados.
El dato.
La quinina se usa para elaborar bebidas energéticas, agua tónica y amargo de angostura que se usa para preparar el Pisco Sour.
Así mismo, su corteza tiene cavidades con las que se puede fabricar lapiceros ecológicos, zampoñas y quenas. (Andina)
Trujillano rescata del olvido a la quina, árbol medicinal del escudo del Perú
Reviewed by Valle Chicama
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enero 12, 2019
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