Escuadrón de la Muerte, ¿Muerte o Justicia? 13.12.09

TRUJILLO. Las opiniones del ciudadano de a pie vertidas a través de las cámaras de televisión, de las llamadas telefónicas a las radios, de los sondeos de los medios escritos y hasta de los foros de las páginas web arrojan un resultado casi unánime cuando se les pregunta por la existencia de un presunto comando policial de aniquilamiento de delincuentes: respaldo total. En otras palabras, casi todos los ciudadanos en Trujillo se muestran a favor de la existencia de un escuadrón que ejecute de manera extrajudicial a las personas que se dedican a la delincuencia o que por lo menos son sospechosas de estar metidas en actos criminales.

Esta posición, que podría parecer justificable a la luz de los hechos, es en realidad preocupante si tomamos en cuenta que estamos en un Estado de Derecho y, como tal, todo se debe resolver bajo el amparo de la ley. ¿A qué se debe entonces el que la gente pida más sangre para frenar justamente la violencia delincuencial?

VENGANZA CIUDADANA. Existe actualmente una "sed de venganza" enquistada en la población, según la opinión del sociólogo y docente universitario Enrique Felipe Obando. Esto, explica, "porque las instituciones en el Perú no funcionan, las encuestas lo ratifican". El especialista opina que esto, sin embargo, es peligroso porque puede generar en el mediano o corto plazo una suerte de desborde social y de anarquía.

"La gente ya no confía en la autoridades. Es que ven que uno va a denunciar a la comisaría ¿y qué cosa hacen? El mecanismo del delincuente engloba ahora otros factores que incluyen las alianzas que hay con los miembros de las fuerzas policiales y en casos hasta con la justicia. Pero esto es peligroso, hay que mirarlo con pinzas", opina.

Felipe Obando sostiene que cuando la gente respalda la posible existencia de ejecuciones extrajudiciales, está actuando en defensa propia. Pero eso no se debe dar -dice- porque estamos en un gobierno democrático. "Se pueden tomar mejores medidas que la violencia. En la sociedad peruana hay lo que denominamos una anomia, y la situación ya es incontrolable. En Argentina, Bolivia, Ecuador se ha dado esto pero más por factores políticos. No hay que olvidar que, de cualquier forma, el problema no se resuelve con más muertes", anota.

POR DESCONOCIMIENTO. El decano del Colegio de Abogados en La Libertad, Manuel Montoya Hernández, aclara en primer lugar que no se puede hablar en Trujillo de Escuadrón de la muerte porque eso involucraría un nexo o vinculación con los altos mandos y el poder político, lo cual no ha sido probado. No obstante, considera que podría haber habido algunos excesos que la justicia finalmente determinará. Estos posibles "excesos" son los que la gente apoya equivocadamente, en su opinión.

"La gente cree que de esa manera se va a terminar con la delincuencia, cosa que es equivocada. Lo que tiene que hacerse aquí es actuar contra la inequidad, la desigualdad y falta de oportunidades, porque así la sociedad sigue creando delincuentes todos los días", señala.

Montoya Hernández manifiesta que el descrédito de la población respecto a la Justicia y la culpa que se le achaca es también por desconocimiento. "El pueblo ignora que hay un código de ejecución penal que el propio Congreso aprobó y que establece los beneficios penitenciarios. No es que los jueces y fiscales los liberen, ellos actúan en el marco de la ley y los congresistas son los que hacen las leyes", remarca.

El desaliento. Por su parte, el especialista en criminalidad y seguridad, coronel PNP (r) Hugo Müller Solón, considera que la población responde así porque la pregunta de los medios está mal planteada. "Hasta donde he podido observar, cuando se hacen sondeos y encuestas se le pregunta a la gente por su opinión sobre el Escuadrón de la muerte, es decir, dan por hecho la existencia de este escuadrón", indica.

En todo caso, Müller Solón manifiesta que "hay un desaliento de la población de Trujillo porque no encuentra una respuesta de sus autoridades".

"Se sienten defraudados de sus autoridades y prueba de ello es esta reunión del Arzobispado que no llevó a nada. De qué sirve que haya más policías y más patrulleros si no hay un sistema de prevención", dice.

Héroes circunstanciales:

El sociólogo Enrique Felipe sostiene que la población encumbra actualmente a la Policía y al coronel PNP Elidio Espinoza porque lo consideran un "héroe que lo está salvando de algo". Pero aclara que esto es pasajero, la violencia sigue allí. "Puede generar más violencia, porque estos grupos delincuenciales pueden responder de otra manera, más agresivamente, ahorita pueden estar en un estado de repliegue". La respuesta mediática y legal de los familiares, que incluso han conformado una asociación, es en su opinión también resultado de ello.