Faringitis y Amigdalitis

El término "faringitis" se refiere a la inflamación de la faringe y de los tejidos linfáticos -las amígdalas- que se encuentran en ella. Se produce sobre todo por la acción de ciertos microorganismos -virus y bacterias- y, más raramente, por agentes físicos o químicos -humos, vapores, etcétera-.

No hay pruebas científicas que confirmen que ingerir bebidas frías produzca faringitis. Aunque esta enfermedad es más frecuente en los meses fríos, parece ser que se debe a que los gérmenes que la producen aparecen sobre todo en invierno, así como al mayor hacinamiento en sitios cerrados durante esta época, lo que facilita el contagio. Las condiciones de enfriamiento y humedad contribuyen a la aparición de la infección, alterando las defensas del organismo.
Para entender mejor por qué se produce la faringitis podemos recordar cómo funciona el aparato respiratorio.

Éste está en contacto con el exterior a través de la nasofaringe -porción de la faringe situada encima del velo del paladar-. Hay en el aire muchos microbios y sustancias nocivas que pueden dañar las vías respiratorias bajas y los pulmones si no son detenidos en la cavidad nasal y en la faringe.

Para esta función de filtro y defensa, la nasofaringe tiene las amígdalas, formadas por un tejido especial -linfático- capaz de captar, neutralizar y destruir las partículas extrañas al organismo. Las amígdalas palatinas son las más fáciles de reconocer, ya que están colocadas a ambos lados de la faringe y se ven al abrir la boca y encoger la lengua. Otras amígdalas -"adenoides"- son más difíciles de localizar, pues están en la parte posterior, en la unión de la cavidad nasal y la faringe; lo mismo ocurre con las que están situadas en la base de la lengua.

Impedir la infección
Al llegar los microbios a la faringe, las amígdalas se disponen a detener la infección, y para ello producen células capaces de captar, detener y destruir los agentes nocivos.
Muchas de estas células se fabrican en las propias amígdalas, otras llegan de la sangre, junto con algunas sustancias cuya función es preparar y potenciar a todas esas células en su lucha contra la infección. Para ello se dilatan los vasos sanguíneos; e incluso se forman otros nuevos que hacen más efectivo el transporte.

Todos estos fenómenos provocan la inflamación, que es una respuesta defensiva del organismo de la que se derivan muchos de los síntomas de la faringo amigdalitis.

La faringitis en los niños está causada por distintos microbios que varían con la edad del afectado. Antes de los cuatro años, los gérmenes más frecuentes son los virus, mientras que en la edad escolar el agente más frecuente es una bacteria, el "estreptococo" del grupo A. En adolescentes y adultos jóvenes pueden hallarse, también, otros agentes, como el Mycoplasma pneumoniae.

Una duda que preocupa a muchos padres es la del número de episodios de faringitis que pueden producirse. Se sabe que los niños menores de seis años pueden padecer hasta seis o diez – incluso más – infecciones por año en las vías respiratorias altas: a esa edad, los niños no han desarrollado aun del todo sus sistemas de defensa y son más vulnerables a los agentes externos.

Por otra parte, las defensas frente a los microbios se desarrollan progresivamente. Así, cada vez que un niño tiene una infección, algunas células producen anticuerpos capaces de destruir al agente responsable, y que quedan en la sangre para combatir otras infecciones causadas por el mismo microorganismo, también se forman células con "memoria" para responder ante un germen concreto y no ante otros, es decir, que permanecen alertas y se ponen en marcha de inmediato para luchar contra las infecciones ocasionadas por el mismo agente.

Variedad de síntomas
La faringitis no siempre se manifiesta con los mismos síntomas. Se presenta con fiebre leve o moderada o, al contrario, muy alto y acompañado de escalofríos y tiritona. A veces, el niño puede quejarse de dolor de garganta, sobre todo cuando toma alimentos. Tampoco es extraño que el dolor aparezca en las zonas laterales del cuello por el aumento de los ganglios linfáticos, que hacen de pantalla para evitar que los gérmenes pasen a otras zonas del cuerpo.

Con frecuencia, la faringitis aparece con síntomas digestivos- náuseas, vómitos y dolor abdominal, a veces tan intenso que puede confundirse con la apendicitis-. El diagnóstico también se puede complicar en los niños más pequeños, pues sus síntomas son menos comunes -ausencia de apetito y de fiebre, secreción nasal verdosa y espesa, costras y excoriaciones alrededor de los orificios nasales, o intranquilidad, que difícilmente se atribuyen a faringitis-.

Un dato característico es el color anaranjado vivo o rojo de la faringe -y no su coloración rosada habitual-, que además tiene los vasos sanguíneos muy marcados, sobre todo en las amígdalas. En ocasiones, aparecen en la superficie amigdalar puntos muy pequeños o plaquitas de color blanco o amarillento que suelen confundirse con placas de pus, cuando sólo en algunos casos lo son. A veces, se observan en el techo de la faringe puntos muy rojos, como pequeñas hemorragias.

Se pone complicado
Una simple faringitis se puede complicar si los microorganismos llegan a otras zonas del aparato respiratorio. Entonces, el niño puede tener, además de los síntomas de faringitis, tos, secreción nasal, enrojecimiento y secreción ocular, entre otros.

La faringitis es una enfermedad leve, pero puede tener consecuencias preocupantes en los niños con problemas de corazón, diabetes u otras enfermedades graves, o en los que han padecido fiebre reumática. Esta última poco común en la actualidad puede ser consecuencia de la faringitis producida por estreptococo del grupo A. Un tratamiento antibiótico adecuado previene la aparición de esta complicación, incluso cuando éste se suministra varios días después del comienzo de la faringitis.

Existe un desconocimiento generalizado en relación con los antibióticos como tratamiento de la faringitis. Por el contrario, en las faringitis víricas -la mayoría de los casos en niños menores de cuatro años- los antibióticos no son una solución eficaz, ya que carecen de actividad frente a los virus. Diferenciar una faringitis vírica de una estreptocócica no es siempre fácil: pueden compartir signos y síntomas similares. Con frecuencia se asocia la presencia de placas de pus con la administración de antibióticos, pero esto no siempre es necesario. La mayoría de las faringo amigdalitis con placas en niños menores de cuatro años están, de hecho, producidas por virus y, por tanto, no precisan ningún tratamiento con antibiótico. En cualquier caso, el uso de antibióticos no debe ser nunca una decisión de los padres, sino del médico.

Tampoco hay que olvidar otras pautas de tratamiento para que el niño se sienta más aliviado -antitérmicos para controlar la fiebre, y jugos de frutas para reponer las pérdidas de líquidos corporales causadas por la Fiebre, y evitar la caída de la glucosa en la sangre.

La extirpación de las amígdalas sólo está indicada si se forman abscesos de pus en la faringe, o si son tan grandes que impiden al niño respirar con normalidad. No hay que olvidar que su ausencia resta capacidad de defensa ante los microorganismos.

Por otra parte, no es seguro que la extirpación disminuya la frecuencia o intensidad de las infecciones.

Del mismo modo que el tamaño de las amígdalas disminuye a partir de los cinco o seis años, después también puede aumentar bastante, sin que esto tenga que ser preocupante. Además, a medida que el niño va construyendo sus defensas, las crisis de faringitis disminuyen.

Por último, conviene recordar que tampoco se justifica el uso prolongado de tratamientos con antibióticos orales o inyectables para supuestas amigdalitis crónicas. Esto sólo es recomendable en casos excepcionales como cuando ha existido una fiebre reumática; entonces, hay que administrar antibióticos durante muchos años, y puede que toda la vida.

Referencia: Con la Colaboración Del Servicio de Pediatría Del Hospital Doce de Octubre.
Faringitis y Amigdalitis Faringitis y Amigdalitis Reviewed by Valle Chicama on diciembre 04, 2010 Rating: 5

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