
Trujillo. Casi la mitad de la región apostó por él. Ollanta Humala genera sensaciones que al margen de ser divididas en las cifras, se unen en la realidad. La Libertad, región que se ha visto enrumbada en los últimos años en un camino hacia el desarrollo y la modernidad, ahora espera que el presidente electo de la República cumpla con las deudas pendientes.
DELINCUENCIA, NI UN PASO MÁS
Las calles de Trujillo se desangran. Según la Encuesta Nacional Urbana de Victimización de Ciudad Nuestra, aplicada entre enero y marzo de este año, la percepción de inseguridad en Trujillo alcanza el 74%. La gente tiene miedo de salir a la calle a comprar, abordar un taxi o tener éxito en su negocio porque tienen respirándole en la nuca a extorsionadores, ‘marcas’ o delincuentes al paso.
Diariamente, los medios de comunicación dan cuenta de ‘ajustes de cuentas’ entre bandas rivales que buscan liderar el mercado negro del miedo y la presión. Eso es algo que la población pide a gritos que se combata.
REDISTRIBUIR RECURSOS
La Libertad alberga a los distritos más pobres del país. Ongón, Bambamarca, Codomarca sufren de una escalofriante cifra de pobreza extrema: todas oscilan entre el 90 y 97%. Eso es algo que nos divide como región. La polarización del desarrollo es la ecuación que sin resolver de los gobiernos de turno. Ahora, como citó Humala, el objetivo es cerrar esta brecha y llevarle oportunidad a quienes menos tienen. Más postas médicas, más colegios, mejores condiciones laborales, son sólo aristas de un abanico de necesidades marcadas con rojo.
CHAVIMOCHIC, A LA TERCERA LA VENCIDA
Lo que antes eran desiertos ahora son extensos valles de cultivo. Los envíos de espárrago, páprika o palta Hass han puesto a nuestra región en los platos del mundo. Esto es algo que el Proyecto Especial Chavimochic, obra gestada por el Apra, ha hecho posible pero que aún no se concluye. Todavía hay una tercera etapa por cubrir y pese a las buenas cosechas, el desarrollo puede extenderse a otras provincias liberteñas.
SEÑORA LEY
La Policía y las autoridades judiciales han recibido una enorme cantidad de críticas. Se han denunciado innumerables actos de corrupción, que van desde las coimas por una infracción vehicular hasta sobre con dinero para liberar a un delincuente que cayó in fraganti. Las cárceles se han convertido en centros de recreación pasajera en donde entran y salen hampones por un sistema judicial flexible y corrupto. La ciudadanía necesita confiar en sus autoridades. El nivel de desconfianza a las autoridades cada año aumenta y el freno está en la cancha de los órganos de control.
Franco Larios Martínez/LaIndustria
¿Qué espera La Libertad de Ollanta Humala?
Reviewed by Valle Chicama
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junio 06, 2011
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