Escolares asisten a colegios entre basurales y desmonte

Trujillo. Regresar al colegio es para miles de alumnos de Trujillo no solo volver a un centro en donde recibirán conocimientos; sino, también, retornar a un espacio en donde las enfermedades están al acecho.

Los estudiantes a diario tienen que soportar los olores nauseabundos que emanan los basurales que se han formado cerca a su colegio debido a la irresponsabilidad de los vecinos y a la inoperancia de las autoridades. Los basurales a cielo abierto suelen ser uno de los focos infecciosos de muchas de las enfermedades que contraen a diario las personas que habitan en sus inmediaciones.

En algunos casos la imprudencia de los vecinos se ha vuelto una rutina, desoyendo las normas básicas de salud y a veces sin respetar los horarios de recojo de basura, apilando cada vez gran cantidad de desperdicios como envoltorios de productos comestibles, cáscaras de frutas, papeles higiénicos, restos de comidas y, para colmo de males, desmonte. Cabe resaltar que el sol descompone con mayor rapidez los deshechos trayendo consigo moscas y roedores.

Uno de los puntos críticos se puede observar en la parte trasera del colegio República de Argentina en la urbanización La Noria. El director de la institución educativa, Alcibiades Chacón Arbulú, se mostró seriamente afectado y responsabilizó a los vecinos cercanos que, por más veces que se les ha exhortado, continúan con sus malos comportamientos.

“Algunos botan su basura ahí como si fuera el lugar para depositar y esperan que venga el camión recolector. Este problema es de siempre, a pesar que hay un comunicado afuera. La consecuencia es que trae roedores que ingresan a la institución educativa. La Noria puede ser una urbanización que tiene todos sus servicios pero lo que falta es el cuidado del medio ambiente”, refirió el director.

Ni a los jardines respetan
Lo mismo ocurre en los recintos de los más pequeños como el Jardín de Niños Nº. 2050 de la cuadra 10 de la avenida Miraflores. Tan solo a unos metros cerca las bolsas se dejan y los perros las abren desperdigando su contenido en la pista.

“No sabría decir si es descuido de la limpieza pública o los vecinos se olvidaron que aquí hay un jardín. Es una preocupación porque puede haber un foco infeccioso cerca donde los niños estudian. Por la salud de mi hijo y los demás espero que Segat se haga cargo cuanto antes”, afirmó la ama de casa Isabel Rodríguez Peña (37).

Ray Bendezú Merino | Redacción La Industria