Como si el crimen organizado, el sicariato y la extorsión no asediaran ya con fuerza a Trujillo, un nuevo hecho violento estremeció a los vecinos.
Esta vez, el ataque no vino de una banda criminal, sino de un mendigo que, tras ser rechazado, desató una escena digna de una película de terror.
El episodio ocurrió en un restaurante de la ciudad, donde las cámaras de seguridad captaron el momento exacto en que un hombre de apariencia desaliñada, con ropa sucia y comportamiento errático, se acercó a un comensal que almorzaba solo. Primero le habló con insistencia, luego se sentó a su lado.
El cliente, incómodo, negó con la cabeza mientras el mendigo le hablaba y le tocaba el brazo de forma invasiva. Aunque intentó mantener la calma, no cedió a la presión. En la misma escena, dos mujeres almorzaban tranquilamente a escasos metros, ajenas al peligro que se avecinaba.
De pronto, el sujeto tomó un cuchillo que estaba sobre la mesa y, en un movimiento rápido, intentó clavárselo al comensal. Este, con reflejos notables, esquivó el ataque en el último segundo, salvando su vida. El agresor, sin mostrar arrepentimiento, se levantó y abandonó el local caminando, dejando pasmada a su víctima.
El hecho no dejó heridos, pero sí una fuerte impresión entre los testigos y en redes sociales, donde el video se volvió viral.
Trujillo vive una espiral de inseguridad que se manifiesta no solo en los casos de sicariato, extorsión o robos, sino también en la pérdida de control social.

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